El personal de este centro de detención en la ciudad de Adelanto las llama “horcas”. Las vieron en 15 de 20 celdas visitadas.
“He visto varios intentos de suicidio usando sábanas trenzadas colocadas en los conductos de ventilación”, dijo un detenido, citado en un informe de la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que condujo la inspección sorpresa en esta cárcel administrada por una empresa privada y cuyos resultados se divulgaron ayer.
“Los guardias se ríen y les llaman (a estos intentos) ‘suicidios fracasados’ cuando vuelven del centro médico”.
No es la primera vez que se detectan fallas en Adelanto, que es administrado por un privado. Algunos inmigrantes detenidos allí han dicho que el trato que reciben es peor que el de criminales, lo que ha impulsado varias protestas y huelgas de hambre, fuertemente reprimidas.
ACLU, la mayor organización de derechos humanos del país, consideró que las fallas identificadas en este reporte “rayan en lo macabro”.
El informe destacó que en marzo de 2017 un hombre de 32 años murió en el hospital después de ahorcarse con su sábana en su celda. La ICE, la policía migratoria que controla las cárceles, reportó otros tres intentos de suicidio, dos con sábanas.
Indiferencia
De acuerdo con la Oficina del Inspector General, que usó también cifras de la prensa, entre diciembre de 2016 y julio de 2017 un total de siete personas intentaron quitarse la vida en el centro de detención de Adelanto, que acoge a 1.940 detenidos, hombres y mujeres.
En el recorrido con los inspectores, el guardia que los escoltaba quitó una de las sábanas y ordenó en otra celda a un detenido que la quitara antes de desistir. Habían muchas de esas “horcas”, que violan las normas del ICE.
No obstante, las autoridades de la cárcel dijeron que no era una prioridad controlar este tema, lo que la OIG consideró una “indiferencia por la salud y seguridad de los detenidos”.
Luego del reporte, ICE dijo que “intensificará sus esfuerzos para solucionar el problema”.
Algunos de los presos en Adelanto -ubicada 150 km al noreste de Los Ángeles- dijeron que colocaban las sábanas así para destrenzarlas y crear una cortina cuando querían privacidad. Otros dijeron que las trenzaban para usarlas de tendedero.
El reporte ilustró los errores en la segregación de los detenidos con el caso de un hombre paralítico que duró nueve días postrado en su silla de ruedas, sin poder dormir en una cama o asearse, luego de que fuera colocado por error en el pabellón disciplinario.
Los inspectores observaron igualmente a detenidos siendo trasladados a celdas de aislamiento con esposas o cadenas, lo que contradice las normas de ICE.
“Da la impresión de que se trata de una detención penal y no de una detención civil”, señaló el texto.
Falta de atención médica
El reporte señala falta de atención médica rutinaria. En general, los reclusos esperan semanas y hasta meses para ver a un médico, y muchas veces su cita queda cancelada sin explicación.
ICE dijo que garantiza la atención médica necesaria y que invierte más de $250 millones al año en esta área. Pero en el área odontológica, por ejemplo, Adelanto dejó de hacer por años limpiezas y empaste de caries. Los dos odontólogos -que no dan abasto- recomendaron a los internos el uso un hilo de media como hilo dental.